El Diccionario define esta palabra como "una serie de cosas que están, suceden o se mencionan por su orden". Sin embargo, el uso, verificado en diversos corpus, indica que retahíla se utiliza normalmente para ‘una serie de cosas desagradables o negativas’
hola como
en verdad bien
cccccc
Ese fin de semana decidimos salir de la ciudad porque queríamos encontrar un poco de luz solar. Era julio y, en la ciudad, el invierno estaba en su plenitud. La lluvia menuda de cada mañana dejaba jabonosamente sucias las calles y sentíamos que la humedad se metía hasta en el alma. Era cosa de subir al auto y manejar algunas horas cuesta arriba para encontrarnos con algo de calor y con el paisaje de árboles, ríos y caminos solitarios.No lo planeamos mucho durante los días previos. Desde hacía tiempo que no planeábamos casi nada juntos. La rutina del trabajo y la monotonía de nuestras noches también era como la humedad, y también estaba calando nuestra relación hasta hacerla silenciosamente dolorosa. Habíamos ido al teatro un par de noches antes: una obra que se ambientaba en una granja, con algunos animales que se rebelaban contra sus dueños y con una lección política de la que tampoco hablamos mucho, al menos no como solíamos hacerlo antes. Sólo en el café, en donde nos sentamos para contemplar el mar y beber algo caliente antes de ir a casa, se nos ocurrió la idea de salir el fin de semana. Esa noche, Jacqueline se había soltado cabello y cuando hablamos del viaje, sus ojos recuperaron ese brillo y esa energía imponente con la que la había conocido. Todavía nos dimos tiempo para dar una caminata por el parque de Miraflores. Teníamos las solapas de los abrigos levantadas y nuestras bufandas eran del mismo color. Hablamos del viaje del fin de semana, como cuando éramos novios, diseñando un plan de diversión de poco costo y mucha aventura.Ya en casa hice algunas llamadas para saber si algunos amigos planeaban hacer lo mismo de manera que formáramos una caravana. Jacqueline se sentó junto a mí para acompañarme mientras se cepillaba el cabello. Lo hacía por muchos minutos hasta que su cabellera quedara adormecida y brillante. Las primeras veces, de los primeros años juntos, solía contemplarla extasiado cuando se peinaba porque ella se quedaba mirando la ventana mientras el cepillo corría muchas veces por su cabellera ondeada. Se veía tan bella. Una que otra vez, me había dejado peinarla mientras escuchábamos algo de música de ópera: a ella le gustaba mucho y a mí, me fue gustando paulatinamente. Esa noche nos dormimos sin hacer el amor, pero contentos porque el viaje ya estaba confirmado y sería en caravana con algunos amigos. Pude dormir sin pensar en ella y, como no me sucedía desde hacía días, dormí profundamente.
Narrador por vocación, periodista ocasional. Ejerce la docencia en Lengua, Literatura y Redacción Básica y Superior. Ha publicado libros de cuentos como "Epistolario de Javier" (2006), “Lima a tientas“(2012) y "Cuentos de la ciudad" (2014). Además de otros académicos como el libro sobre gramática "La magia de las palabras" (2004), "Ortografía para todos" (2007), “Ortografía breve, escritura fácil” (2013). Colaborador para revistas y periódicos. Ha desarrollado talleres de Creación Literaria para el Museo de Bellas Artes de Lima, Asociación Peruana de Investigación Social. Asimismo, fue miembro de la Comisión Organizadora del Primer Encuentro de Escritores Peruanos en Madrid, España. Actualmente es director de “Punto y Coma Consultores”.
Ha sido premiado en concursos como "Las mil palabras" de la revista Caretas y en el concurso "Julio Ramón Ribeyro" de Lima y los Juegos Florales de la UTC.
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